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Especial Palestina

Israel en el banquillo de los acusados

Kely

enero 17, 2024

Después de haber sido condenado en las calles de todo el mundo, ahora le toca al Tribunal de La Haya poner en el banquillo de los acusados al racista Estado de Israel. A raíz de una solicitud del gobierno sudafricano, la Corte Internacional de Justicia, conocida como Corte de La Haya, inició audiencias el último 12 de enero.

Por Fabio Bosco

En esta fecha, los juristas sudafricanos, teniendo tras de sí el peso moral de quienes lucharon durante décadas contra el régimen de apartheid en su país, expusieron didácticamente el genocidio en curso en Gaza, con miles de muertos y heridos, la destrucción de gran parte de todos los edificios, incluidos hogares, escuelas y hospitales. Para demostrar la intencionalidad, señalaron el cerco a Gaza que ya dura 17 años, con acceso restringido a alimentos, agua potable, electricidad y combustible, y también incluyeron varias declaraciones racistas de ministros del gabinete israelí que defienden la expulsión de los palestinos.

Al día siguiente, los representantes del Estado racista defendieron que no hay intención alguna de aniquilar total o parcialmente a los palestinos a pesar del corte de agua y de electricidad, el impedimento de entrada de alimentos, medicinas y combustible, y de las declaraciones públicas de sus gobernantes y gobernados.

Se espera que la Corte de La Haya tarde años en llegar a un veredicto, pero podría emitir un fallo provisorio en unas pocas semanas exigiendo un alto el fuego. El Estado de Israel nunca cumple con ninguna determinación de la ONU que no sea de su interés, y cuenta con el veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad para impedir cualquier resolución contraria al Estado sionista, y también con la connivencia de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad Seguridad, que son sus aliados.

Varios países declaran su apoyo a la petición de Sudáfrica, el principal de ellos es Brasil. El presidente Lula se reunió con el embajador palestino el día 11 y publicó un informe sobre la reunión. En este informe, anuncia el apoyo de Brasil a la petición sudafricana pero, al mismo tiempo, equipara las acciones de resistencia de Hamás, calificadas de “terroristas”, con el genocidio israelí.

Además, Lula exigió que Hamás liberara a los israelíes presos en Gaza, pero no dijo nada sobre la liberación de los diez mil prisioneros políticos palestinos, incluido un brasileño llamado Islam Hamed, recluido en cárceles israelíes conocidas por las violaciones de derechos humanos.

Blinken en Medio Oriente

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, viajó a Medio Oriente el 5 de enero, por cuarta vez en tres meses. Durante seis días se reunió con funcionarios gubernamentales de Turquía, Jordania, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, la Autoridad Palestina, Israel, Bahréin y Egipto.

Su objetivo era salvar al Estado de Israel en medio de una brutal crisis política, social y económica, y también la imagen muy dañada de la administración Biden por su apoyo incondicional al genocidio israelí en Gaza.

Un día antes, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, celebró una conferencia de prensa, el 4 de enero, para presentar sus propuestas para el futuro de Gaza.

Naturalmente, omitió la principal propuesta israelí: la expulsión de los palestinos de Gaza. El gobierno israelí estaba en negociaciones con países africanos como Etiopía y la República Democrática del Congo para “recibir” a los palestinos expulsados. Esta propuesta fue defendida públicamente por varios ministros, no sólo por los nazi-sionistas Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich, sino también por la ministra de Inteligencia Gila Gamliel del partido Likud, además de constar en documentos oficiales filtrados.

Gallant defendió el mantenimiento del cerco a Gaza que dura ya 17 años; la libre circulación de tropas israelíes dentro de la región, como ocurre en Cisjordania; una solución definitiva para impedir cualquier tránsito de mercaderías a través de la frontera entre Gaza y Egipto vía los túneles o cualquier otro medio, a ser implementada conjuntamente por Israel, Egipto y Estados Unidos; y la formación de una fuerza tarea multinacional para la “rehabilitación” de Gaza, compuesta por Estados Unidos, gobiernos europeos y árabes (en la práctica, esto significa pagar por la reconstrucción de Gaza bajo la orientación israelí). Para administrar las ciudades y pueblos palestinos sitiados por las fuerzas israelíes, abogó por comités locales civiles formados por palestinos designados por Israel, sin ninguna conexión con la Autoridad Palestina, con sede en Ramallah.

Los gobernantes árabes, presionados por la población de sus países, rechazaron la propuesta de Gallant de crear una fuerza tarea multinacional y se limitaron a pedir a Blinken un alto el fuego inmediato y una solución duradera para la cuestión palestina, es decir, un camino definido para la formación de una miniestado palestino con base en Cisjordania y Gaza. El príncipe saudita Mohammed Bin Salman aprovechó la oportunidad para incluir algunas demandas más específicas: un tratado de defensa mutua entre Estados Unidos y Arabia Saudita, la cooperación estadounidense para un programa nuclear saudita y la venta de más armas modernas.

Así, Blinken formuló la propuesta de Estados Unidos: el fin de la guerra en Gaza y un camino hacia un miniestado palestino en Cisjordania y Gaza bajo el comando de la Autoridad Palestina, a cambio de la completa normalización de relaciones con Israel, y financiación árabe para la reconstrucción de Gaza. Como primeros pasos, Israel debería reducir los ataques, liberar los fondos congelados de la Autoridad Palestina y aceptar el retorno de la población palestina para el norte de Gaza.

Pero el Estado de Israel no estuvo de acuerdo con este plan. Netanyahu sólo accedió a publicar una nota el día 12 afirmando que el Estado de Israel no planea expulsar a los palestinos (lo que también le ayudaba a afrontar las acusaciones en el Tribunal de La Haya) y que una delegación de la ONU visite el norte de Gaza.

Ataques militares a Yemen

Estados Unidos ha formado una coalición de países para atacar a los hutíes yemeníes, que son el gobierno de facto de zonas clave del país, y liberar el tráfico marítimo a través del mar Rojo. Los hutíes llevaron a cabo decenas de ataques contra buques con destino a Israel en solidaridad con Gaza, y acabaron limitando toda la navegación en el área, que representa 12% del comercio global.

Antes de iniciar los ataques, Estados Unidos y sus aliados votaron en el Consejo de Seguridad de la ONU la autorización para el ataque. Rusia y China se abstuvieron en la votación y no vetaron la resolución, allanando el camino para la acción militar estadounidense y británica.

El día 12, la coalición estadounidense atacó alrededor de 70 objetivos, y continuó durante los días siguientes. A pesar de los ataques, los hutíes prometieron continuar con las acciones de solidaridad con los palestinos.

Día mundial de solidaridad

El 13 de enero se celebró un día global de solidaridad con Palestina. Se realizaron decenas de manifestaciones con miles de personas en todo el planeta.

Estas acciones son fundamentales porque, aliadas a la resistencia palestina en la Palestina ocupada, son los principales instrumentos para detener el genocidio y lograr el fin del cerco a Gaza, lo que representaría una derrota para el Estado de Israel y un paso hacia su desmantelamiento.

Artículo publicado en www.opiniaosocialista.com.br, 15/1/2024.-

Traducción: Natalia Estrada.

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